Sinopsis:

El conductor de almas nos cuenta los sinsabores de Calder, guía de los muertos, encargado de conducir sus almas al otro mundo, que fue víctima de su mala cabeza hasta que consiguió remediar sus “fallos profesionales”.

En efecto, después de trescientos años de trabajo impecable conduciendo las almas de los muertos desde el mundo de los vivos al mundo espiritual, Calder cometió tres errores, tres errores que crearon el caos entre ambos mundos al romper su delicado equilibrio:

* El primero fue enamorarse de una mujer mortal.
* El segundo encarnarse en un cuerpo humano para poder conocerla.
* El tercero convencer a un alma que quería morir de que siguiera viva.

Si añadimos que la mujer de la que se enamoró era la última zarina de Rusia, el cuerpo en el que se reencarnó el del archiconocido Rasputín y el alma a la que convenció para mantenerse viva la de Alexis, el hijo menor del Zar, y todo ello en uno de los momentos cruciales de la historia moderna, el inicio de la Revolución Rusa, no es de extrañar que sus errores, no disimulables, le valieran el destierro... a la Tierra.

Narrado lo anterior, la novela se desarrolla entre el mundo de los vivos y el de los muertos, convirtiéndose en un viaje alrededor del mundo que protagoniza Calder junto a los hijos menores de los zares, en busca de la Llave que les permita abrir la puerta del más allá y regresar al Cielo.

Como en su primera novela “Entre luz y tiniebla”(“A certain slant of light”), Laura Whitcomb pone su prosa espléndida y delicada al servicio de una narración llena de simbolismo, riqueza descriptiva (sensacional la del otro mundo), personajes atractivos y originales trama y desenlace.

Opinión de rewind:

Lo leí con cierta desconfianza porque había leído muchas críticas no demasiado conformes con el libro, al parecer el otro de Laura Whitcomb, el primero que escribió, es muchísimo mejor que este, tendré que leerlo para comprobarlo. No esperé encontrar una trama amorosa tal y como se presenta en la sinopsis (lo que puede llevar a error), y con eso di en el clavo. Tampoco esperaba algo muy mitológico como los cartones ni nada similar, aunque se asemeja bastante el enfoque. En este caso es mucho más místico y hasta religioso.

Calder es un joven conductor de almas que guía a los muertos al otro mundo. Un día ve a una joven muy hermosa, el hijo de ésta va a morir y Calder debe conducirlo a la muerte, pero no lo hace para poder verla a ella de nuevo. Quebranta sus reglas de Conductor y vuelve a encontrarse con ella. Mientras, Calder debe seguir conduciendo a otras almas y se encuentra con Rasputín, el cual muere y Calder quebrantando de nuevo las reglas se introduce en su cuerpo para poder llegar a esa mujer que lo embelesó aquella vez, pero la sorpresa viene años más tarde, cuando esa mujer que vio ya es mayor y vuelve a encontrarse con el niño que debería haber salvado (el hijo), ambos resultan ser de la familia del Zar de Rusia. Todo esto en plena revolución. La familia del Zar requiere de los servicios de Rasputín, por lo que Calder se hará pasar por este hasta ser descubierto por los hijos del Zar, entre los cuales encontrará una buena compañera y un gran amigo. Los tres se verán envueltos en diversos sucesos lo que les llevará a viajar por el mundo y ayudar a Calder a recuperar la llave de los conductores que tiempo atrás perdió. Mientras, diversos enemigos desde la propia milicia hasta demonios invocados por almas furiosas aparecerán para hacer la travesía de los protagonistas más dificultosa.

Ameno y rápido. Es justo lo que esperaba encontrar. Lo suficiente de acción, aventuras, misterios y paranormal.