Treinta postales de distancia (Sara Ventas) 

Puntuación: 2/5

La historia trata de una chica ya adulta que sin quererlo se ve envuelta en ciertas situaciones extrañas por un vecino que empieza a gustarle, las relaciones con sus amigos, trabajo, etc.

El libro empieza bien, pero tiene un desarrollo tan lento que termina dando la sensación de que le falta algo. Obviamente, y como suele ocurrir, la recta final es muy buena, tanto que he pensado en darle un suficiente, pero no, si tengo en cuenta el desarrollo la nota debe bajar.

Si al menos uno de los protagonistas hubiese sido algo normal creo que ese cinco sobre diez se lo hubiese dado. No sé, entre el infiel (cosa que no perdono así se junte el cielo con la tierra) y la otra que se cree el ombligo del mundo (estoy a favor de su amiga y no de la protagonista)... Aunque los personajes están bien definidos, el problema que le veo es que la autora quiso despuntar tanto sus rarezas que personalmente no he podido sentirme identificada con ninguno de ellos.

Si en su próxima novela suaviza a algún personaje y consigue esa chispa que aquí falta, Sara Ventas puede darnos buenas historias.

Cogí esta novela porque personalmente me encantan las historias de terror y post apocalípticas, perteneciendo este libro a esta última temática. En teoría el autor nos muestra un mundo ya hecho trizas por algo que no comentaré para no destrozar la novela a nadie, siendo tres supervivientes los que, en cada parte del libro, nos contarán sus pericias.

El libro se divide en cuatro partes, las tres primeras están, cada una de ellas, narrada por un personaje. Hay que tener en cuenta que ellos no se conocen entre sí, son historias a priori independientes que en la última parte se unen para formar un final que no me convenció.

No es un libro gordo, la historia no es extensa y encima los personajes aparecen en un corto período de tiempo, todo esto se confabula para que no se profundice mucho en ninguno de ellos y se conecte solo con uno o dos, que por ello mismo no te importe mucho lo que les pase o les deje de pasar. Las dos primeras historias son durillas, pero la tercera flojea y el desenlace directamente no lo entiendo. No logro descifrar cómo narices acaba así, no  me entra en la cabeza que cierto personaje haga eso ni que el malo de la película consiguiese todo eso haciendo... qué... ¿solo lo que pone?

No sé, me parece que lo importante, el por qué ocurre todo eso y cómo ocurre está tan magnificado que te saca de la historia.

Decidí probar con este libro porque tenía pinta de ser muy juvenil (lo cual es) y además, según la sinopsis, de misterio, pero finalmente me decepcionó por ambas partes. Primero porque más que juvenil parece infantil, y segundo porque de misterio no tiene absolutamente nada.

La historia trata de cómo una madre, escritora de novela negra, intenta convencer a su hijo de que ella no mató a su padre. Por lo que se entiende, la novela empieza tras la muerte del padre, muerte que se parece al milímetro a una que ella narró en una de sus historias. No se prueba nada, todo queda abierto, el hijo desconfía de ella y la mujer intenta convencerle de que aunque a primera vista todo apunta a ella, debe mirar hacia los lados por ello mismo, porque todo es demasiado similar como para que ella lo hubiese hecho.

Este libro tan cortito es eso, una carta donde ella va contando y argumentando por qué no es ella la asesina que él cree que es, y los recuerdos que tiene la madre de la infancia de su hijo... En realidad se alarga tanto en hablar en la infancia de su hijo, en cómo ella intentó llegar a él sin éxito alguno, en cómo él la dejó a un lado porque idolatraba a su padre, en cómo siempre estuvo predispuesto a pensar mal de ella, etc, etc, etc. que la trama de misterio queda tan diluida que en cierto momento directamente desaparece. Si hubiese querido leer algo así habría elegido un libro de psicología, de contemporánea o algo por el estilo, no un libro juvenil con lo que parecía ser tintes de misterio.

Personalmente no me gustó demasiado. Primero porque no promete lo que da, segundo porque más que juvenil parece infantil, y tercero porque la autora utiliza demasiado apelativos cariñosos infantiles (bebé, cosita y demás) que acentúan todavía más esa sensación de que estás leyendo un libro que no encaja en la edad para la que en teoría va dirigida.