El peso de una sombra
10:00 a. m.-Padre, soy homosexual, por eso no me confieso.-¿Y qué tiene que ver una cosa con la otra? -dijo sin mostrar rechazo alguno ante la confesión de Clarice.-Se supone que, según mandan los cánones, tendría que confesar como pecado algo que para mí no lo es, que soy homosexual.-¿Y quién dice que ser homosexual es pecado?-Padre, por Dios...-En efecto, por Dios bendito, ¿quién lo dice?-Ustedes.-Vamos a ver, doctora Serrano. ¿De veras cree que Dios va a valorar a quién amas? ¿No crees que tiene mucho más sentido pensar que lo que juzgará será el modo en que has amado? Si has sido leal a tu pareja, honesta con ella, si le has procurado todo el bien que podrías...-Eso es lo que pienso, padre, pero reconózcame que, por desgracia, no todos los curas son como usted.-Afortunadamente. Soy un neurótico.
El peso de una sombra de Esther Peñas
1 duermevelas
¡Me ha encantado! Que pedazo de conversación, jeje.
ResponderEliminar¡Besines!
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