Le tocó el turno a la segunda lectura que tenía de la Editorial Darkiss. La verdad sea dicha, me gusta más la portada de "Entrelazados" que la de este libro. Una mujer con tantos colores en el pelo no me gusta, aunque en el libro sale así; y la parte violeta que encontramos en la mitad baja de la portada, ¿qué es? No le veo mucho sentido a la portada. Estéticamente no me gusta.

Otra cosa que no me ha gustado mucho ha sido el final.

Lo sé, voy muy rápido, empiezo la casa por el tejado. Pero si hago una reseña normal y corriente, al uso, al final dejaré una sensación no muy buena del libro y no quiero hacer eso. El libro es recomendable, es muy entretenido, y dejar a la gente con un regustillo amargo simplemente porque el final no ha sido de mi agrado, y solo se puede hablar de él al final, pues como que no.

Así que voy con él, con el final. No es que éste sea malo, es que durante toda la novela, no hay acción. Siempre creí que una novela juvenil sin acción no merecía la pena porque sería muy aburrida, pero este libro me ha demostrado que no es así. Aún con esa total carencia de acción, por la forma de narrar de la autora, cómo presenta a sus personajes, por cómo nos muestra sus miedos, temores, pasados, anhelos, sueños... Y cómo se van desenvolviendo éstos, tanto por sí mismos, como relacionándose entre ellos, P. C. Cast consigue que necesitemos leer más. La novela es muy entretenida.

En cambio, la tónica general cambia al final de golpe y porrazo. A lo largo de más de 300 páginas no hay acción, y de momento, en no más de dos capítulos, coge y comienza, desarrolla y da un final que supuestamente debería llamarse "acción". El problema es que ese final, con esa acción que no termina de despegar, ese final tan precipitado, y encima ese par de conversaciones tan rosas en medio de lo que se supone que es un momento terrible por cierta muerte y demás... No pega para nada. Es como un quiero y no puedo.

El final me pareció muy precipitado. Personalmente creo que es un mal pegote puesto en una novela que iba muy bien. Este final "le quita brillo" a la novela. Pensaba ponerle 4 estrellas en la puntuación por el hecho de ser entretenida aún sin tener acción, pero este pegote consiguió que le quitase una estrella. No le pega para nada.

Y ahora pasamos a lo bueno de la obra: ¡Todo lo demás!

Los dos protagonistas indiscutibles son dos, obviamente chico y chica. Ella sería la "chica tocada por la diosa", Elphame, nacida de una humana y un centauro, por lo que su físico tiene características de ambos progenitores. Ella sucederá a su madre cuando ésta falte, siendo subordinada de la diosa, estando en contacto con ella y dando paz a su reino.

Esto hace que ella, su madre y toda su familia en general sea muy respetada y venerada, el problema viene cuando a Elphame, además de respetarla y venerarla, también la miran con recelo y a veces miedo. No es humana. Tampoco es un centauro. ¿Qué es? Nadie se atreve a mirarla demasiado, a entablar una conversación con ella, ¡y ya ni hablemos de tocarla o rozarla! De esta manera, la protagonista crecerá sola (si no contamos a su familia, por supuesto), sin amigos, triste y con muchos sueños y anhelos que la atormentan día a día. No se siente bien donde está, quiere irse, encontrar su lugar. Un lugar al que pertenecer y donde nadie la tema. ¿Existe algo así?

Al final toma la decisión de irse del castillo de su familia. Se mudará a otro castillo en ruinas con mucha historia en cada una de sus piedras rotas y desgastadas por el tiempo. Allí reconstruirá (con ayuda, claro) el castillo, conocerá a más gente que irá reclutando para trabajar en su nuevo hogar, y tal vez, pueda hacer amistades. Allí no la conocer, al menos no de vista, solo lo que se habla. Tal vez no la veneren como una diosa en carne y hueso. Solo quiere que la vean como una chica normal, hacer amigos, y ¿por qué no? También conocer el amor.

Gracias a esta decisión entrarán en la historia dos personajes masculinos. Uno será Cu, mi preferido, el hermano de Elphame; y Lochlan, un personaje atormentado medio humano medio demonio.

El protagonista será Lochlan. Este chico contará con más de un siglo en su haber por su parte demoníaca. Un siglo en el que el sufrimiento y la locura le han acechado constantemente por la sangre de su padre (demonio). Los de su raza fueron expulsados del reino de Epona (diosa) siglos atrás para no volver jamás, pero años atrás, con el nacimiento de Elphame, Lochlan supo que tenía que volver, que ella era suya y de su gente. ¿Por qué? Eso no lo diré, hay que leer el libro para saberlo.

Ella buscará un lugar para ella, al igual que amigos y un compañero. Él la estará esperando en el castillo ya enamorado de ella, deseando verla, conocerla, tocarla, y ver si la Profecía es cierta... Esto último será lo que acarreará todos los problemas.

El amor de estos dos personajes no me convenció del todo por el tema de que se aman nada más conocerse. Incluso uno de ellos antes de ver a la otra persona. Y para más inri, es un amor demasiado edulcorado. No me gustan estas relaciones, y creo que por eso mismo mi personaje y pareja favorita es otra, la de Cu y otra chica de la que no diré nada para no fastidiar la historia.

Hasta aquí puedo comentaros sobre la trama. Así que ahora paso a lo que me llamó tanto la atención de la novela, y por qué, si no hay acción, fue tan rápido y entretenido de leer.

Ya he puesto arriba del todo que no creía que un libro juvenil sin acción pudiese gustarme, pero que este libro me ha demostrado que estaba equivocada. P C Cast consigue lo que a mí me parecía imposible. Hay muchos personajes importantes (unos 6-7), más una corte de otros 6 o 7 que son secundarios, dando un buen toque en ciertos momentos y completando muy bien la trama y la historia.

La autora tiene un estilo ágil a la hora de escribir, así que la lectura es muy fácil y rápida, y por la forma de ser de Cu, y la relación que inicia con cierto personaje, el libro es muy entretenido. Cu me encantó, me gustó mucho más que los personajes principales. Tiene unas salidas muy buenas, es un mujeriego empedernido y la caga como el que más, no como los comedidos, enamorados y sosainas protagonistas. Cu le da vida a la novela.

Las relaciones interpersonales salvan el libro. Gracias a ellas, a esos personajes tan definidos, tan... De su padre y de su madre, la autora nos muestra a un amplio abanico de personajes que tendrán que luchar por sus demonios personales, tanto en solitario como con ayuda de amig@s y tal vez de una pareja. Esto es lo que me ha gustado tanto del libro.

Creo que puedo decir sin temor a equivocarme que la novela se asienta en las relaciones entre los personajes. Su día a día, sus miedos, sus sueños, sus temores y anhelos, y cómo poco a poco van floreciendo y convirtiéndose en aquellos que siempre quisieron ser y que nunca se atrevieron ser.

Me parece una obra juvenil entretenida. Al principio sí se nota la falta de acción, es inevitable, estamos acostumbrad@s a ella, pero no tarda nada en hacernos ver que ésta no es necesaria, que unos buenos personajes son suficientes para mantenernos bien sentaditas leyendo un libro.

Personalmente ya estoy esperando la continuación. Sale mi querido y amado Cu, no puedo perderme esa lectura. ¡Sería un sacrilegio!