Sasha tiene 17 años y, afectado por una leucemia en fase terminal, acaba de intentar suicidarse en un lago junto a su casa. Pero una desconocida de ojos inquietantes ha llegado justo a tiempo para impedírselo: se llama Jewel y ella tampoco tiene una vida precisamente fácil. Para empezar, su hermano murió en el mismo lago en el que Sasha ha querido quitarse la vida.

A raíz de este accidente, el padre de Jewel se fue de casa y ella tuvo que irse a vivir al campo con sus abuelos. Al morir estos, Jewel tuvo que regresar a casa de su madre, pero la relación entre las dos es muy complicada, porque ahora son casi dos desconocidas.

Tras conocerse en el lago, Sasha y Jewel entablarán una amistad especial. Y pronto ambos entenderán que hay muchas cosas contra las que no pueden luchar. Les queda poco tiempo, pero sus caminos se han cruzado y ahora eso es lo único que importa realmente. Una historia que habla sobre la verdadera amistad, la enfermedad, el amor y los conflictos familiares... y también sobre los enanitos que habitan en todos los jardines.

Lo primero que llama la atención es la portada, y no me refiero a todos (o la mayoría de) los libros por ser lo primero que vemos, sino a este libro en concreto. Personalmente creo que es muy visual y transmite cierta sensación de paz y tranquilidad, aunque después de leer el libro tal vez la vez como la ilustración de la soledad.

A mí me gusta mucho. Ese fondo completamente verde y la chica en medio de un lago sobre una roca... Es inevitable que me asalte una duda: ¿Cómo narices ha llegado esa chica al pedrusco sin empaparse? Misterios de la vida.

En la sinopsis ya nos presentan a la pareja protagonista. Jewel, la adolescente que perdió a su hermano ahogado; y a Sasha, otro adolescente que intenta suicidarse no solo porque está enfermo terminal, sino porque ya no le ve sentido a nada.

Jewel es una chica tímida que desde la muerte de su hermano vivió con sus abuelos, ya que su madre no fue capaz de cuidarla y su padre las abandonó. Pero claro, en teoría las personas mayores mueren antes que los jóvenes, así que cuando éstos mueren, Jewel debe volver con su madre, al lugar donde su hermano murió.

Esto supone cambiar de lugar, de casa, de amigos, y lo peor, intentar llevarse bien con la mujer que dice ser su madre. ¿Pero cómo hacerlo? Lleva años sin vivir con ella, casi no la llamaba, de visitarla ni hablamos... Es tal la frialdad/indiferencia que Jewel siente por su madre que la llama por su nombre de pila, no como "mamá".

La verdad es que entiendo y comprendo que Jewel se comporte así con su madre, y no solo por lo que he comentado, es que sencilla y llanamente esta mujer no puede ser considerado "madre". Creo que ha sido el primer (o de los primeros) personajes femeninos con hij@ que se desliga tanto de su progenie. No tiene instinto maternal y no quiere tenerlo. Sabe que su hija está mal y se la encasqueta a los abuelos, y cuando los abuelos ya no están y se ve obligada a tenerla en casa, sabiendo que sigue tocada por lo de su hermano, ella sigue igual que siempre, saliendo con los amigos, emborrachándose... Pero vamos a ver, ¿¡esto no debería hacerlo la adolescente y no la madre?! En serio, este personaje es odioso. Me cayó como el culo de principio a fin, por mucho que la autora quisiera redimir a este personaje al final. Conmigo no lo consiguió.

Por la otra parte tendríamos al padre de Sasha. Su madre murió por anorexia años atrás.

Aquí hago un inciso. No sé si alguien más cayó en la cuenta, pero la autora intenta meter muchas enfermedades y/o trastornos de por medio... Cáncer, muerte de un hermano, anorexia, y otra enfermedad más de un secundario de la que no me acuerdo ahora. Me quedó la sensación de que intentaba hacer algún tipo de compendio de "dolencias" con su mensajito correspondiente del tipo:

Sasha y la leucemia: No pierdas la esperanza.
Madre de Sasha y la anorexia: No dejes de comer, a tus seres queridos les gustas tal y como eres.
etc, etc, etc.

A modo personal tengo que decir que eso no me gustó. Prefiero que la autora se centre en los protagonistas o en un par de dolencias y las exprima. Ya se sabe que el que mucho abarca poco aprieta, y tal y como pondré más adelante, es de lo que peca este libro.

Volvemos con la madre de Sasha y su muerte, que obviamente dejaron al hijo y al padre muy tocados. El matrimonio ya estaba bastante mal por motivos que no voy a tocar, pero al hijo terminaron de matarlo. Entre su enfermedad y la muerte de su madre, terminó estando contínuamente enfadado con su padre y algo decaído.

La historia de estas familias se van sabiendo con el paso de las páginas, no te lo cuentan todo desde un principio, ya que nada más empezar se encuentran, se atraen y poco a poco, según van cogiendo confianza, ambos van contando su historia.

He leído gran cantidad de reseñas más que positivas de este libro, pero yo no puedo ponerle notaza porque no me ha gustado tanto. ¿Por qué?

Los personajes principales (Sasha y Jewel) no tienen profundidad, o al menos la autora no da la profundidad necesaria a sus dolencias. Jewel me llegaba en el tema de su madre, pero en lo relacionado a su hermano no; y Sasha sí que me llegaba, pero aunque ni por asomo trata el tema con frivolidad, sí lo hace superficialmente.

Esto no lo digo porque suponga que es así. Hace años tuve un tumor, los médicos se equivocaron de diagnóstico y se lió la marimorena. Por eso mismo puedo decir sin temor a equivocarme que los que una vez tuvimos (o nos hicieron creer que tuvimos) un cáncer, no somos emos, no pensamos en el suicidio, no lo damos todo por acabado. Más bien es al revés. Piensas que para lo poco que te queda, ¡a vivir la vida! Haces un huevo de planes que realmente sueñas con llevar a cabo, ves las cosas de otro modo. Y sí, aunque alguna que otra vez pienses en cierto veneno o método para acabar con todo, son momento puntuales y aislados.

Obviamente habrá gente enferma que pensase como Sasha, pero no son la mayoría. Ni por asomo.

Por esto mismo es por lo que en lo referente a Sasha le pongo tan baja nota al libro. Mucha gente lo ha tildado de libro profundo y conmovedor. No quito que sea bueno literariamente hablando, tampoco le quito sus escenas conmovedoras y sentimentales, pero no, no es profundo, no ahonda en lo que es realmente una enfermedad de ese tipo, una enfermedad en la que te dicen "vas a morir".

Reconozco que eso me molestó. La autora se queda gran parte de la obra con en el pensamiento del tipo: "Me voy a morir joven, no debería pasar, la vida es una mierda. Mejor acabar con todo." Pues no, eso no es así. Como norma general se saca una fuerza interior que se desconocía hasta el momento. Por muy peliculero que suene, es así. Y me parece una falta de respeto plasmar en un libro que solo se piensa en morir o en "bah, me da igual todo".

No se tira todo el libro con el "modo emo" encencido, las reflexiones verdaderamente importantes están al final, las condensa en pocas páginas mientras que en el resto los personajes siguen estancados en lo mismo. No evolucionan hasta el final. No cambian hasta que el libro llega a las últimas páginas... En el resto del libro la autora se queda demasiado en la superficie.

Pero no solo por lo que acabo de comentar es por lo que no le pongo más nota al libro. Lectura lenta, muy lenta. Hasta las últimas 60 páginas del libro se me hizo un tanto difícil el seguir leyendo. Los personajes y sus enfermedades/problemas no me terminaban de llegar, repito que no veía profundidad. Pero sería mentir decir que no tiene grandes frases o partes realmente buenas:

Totalmente cierto. Hay casos y estudios hechos a gente que estuvo enferma durante mucho tiempo, que tras superar su enfermedad, en vez de estar pletóricos de alegría, están medio deprimidos. De tanto pensar que iban a morir, en la enfermedad, en qué hacer por última vez, una vez ya curados, no saben qué hacer. Antes solo estaba la enfermedad, la muerte y en poder vivir lo poco que les quedase de la mejor manera posible, y como ahora no es así, están totalmente desorientados. No pueden imaginarse una vida, un futuro, cuando fueron obligados a eliminar esa opción de su mente.

CIERTO. Que mira lo bueno que eres (cuando en tu vida te lo han dicho/demostrado); la pena que sienten por tu muerte (hola, sigo aquí); las miradas de profunda pena... GRACIAS POR NADA. Gracias por recordar cada paso que se está enfermo, que está más cerca de la muerte. No se suele olvidar ese dato cuando se está en esa situación, pero gracias a tod@s vosotr@s, no lo olvidamos en ningún instante ya que siempre estáis ahí para recordar la fatídica cuenta atrás ¬¬

Y como estos fragmentos, muchos más que irán saliendo en el blog poco a poco.

Aunque haya puesto todo esto, aunque parezca que no me ha gustado nada, no es así. El libro es entretenido, pero lento al principio; no profundiza bien en los problemas de sus protagonistas, pero sí consigue crear atmósferas realmente tristes; tiene una recta final grandiosa, y por qué no decirlo, aquí el enfermo no es el personaje femenino, el sexo débil que ve la luz gracias al amor de su vida... Al contrario, es el chico. Esto me ha gustado mucho, no suele verse en las novelas de este tipo.

Lo que voy a poner puede sonar un poco raro, pero mientras estaba haciendo la reseña me ha venido a la cabeza. ¿Puede haber continuación? A ver, el libro es autoconclusivo, y me pareció una manera muy buena la de acabar sin necesidad de mostrar el final de Sasha. Pero reconozco que quedan muchos temas pendientes. Queda el tema del padre con su pareja, el padre de Jewel, los dos amigos de Sasha (¿se quedan juntos o no?) y varias cosas más... ¿Se atreverá con una continuación? Espero que no, pero reconozco que material tiene.

Resumiendo, que esto me ha salido muy largo. Es un libro sobre unos jóvenes que deben enfrentarse a situaciones muy duras, situaciones que superarían a cualquiera. Es una novela durilla y como ya se ha dicho por la bloggosfera, con un tinte emo muy intenso, para mi gusto demasiado intenso por lo irreal que me parece.

¿Recomendable? A muchísima gente le ha encantando, a mí solo me ha gustado, sin más. ¿Tal vez sea porque no puedo ser totalmente imparcial? Puede ser, no voy a negarlo. Quien quiera leer una historia sobre jóvenes enfermos, familias rotas, y cómo se pueden ir "curando" para hacer que su existencia sea más llevadera, no haría mal en leer el libro.