Las vidas y los ingredientes se mezclan y se cocinan en esta escuela. Una vez al mes, los lunes por la noche, ocho alumnos se reúnen en el restaurante de Lillian para asistir a clase de cocina. Entre ellos se encuentra Claire, una joven que trata de asimilar su nueva identidad como madre; Tom, un abogado cuya vida ha sufrido un grave revés debido a una pérdida; Antonia, una diseñadora de cocinas italiana que se está adaptando a la vida en Estados Unidos; y Carl y Helen, una pareja que lleva mucho tiempo casada y cuya unión contiene sorpresas de las que el resto de la clase jamás sospecharía. Los estudiantes acuden para aprender el arte que se esconde tras los platos de Lillian, pero pronto resulta evidente que cada uno, inconscientemente, busca una receta para algo más allá de la cocina. Uno tras otro se transforman en los aromas, sabores y texturas de lo que crean. Con el paso del tiempo, los caminos de los alumnos se mezclan y se entrecruzan, y la esencia de la comida de Lillian se expande más allá del restaurante y se cuela en los rincones secretos de sus vidas, con resultados a menudo inesperados, y siempre deliciosos.

La autora:

Erica Bauermeister nació en California. Siempre ha querido dedicarse a escribir desde que leyó un libro de Tillie Olsen. Su primer resultado es La escuela de ingredientes esenciales, una novela sobre ocho estudiantes de cocina y su profesora, un libro aparentemente sobre comida, y en el fondo sobre relaciones humanas.

Opinión:

Lunes por la noche. Lillian, una joven y reconocida chef, enseña cocina en su restaurante a ocho personas donde aprenderán a cocinar gracias a una mujer que sabe cómo inspirar a sus estudiantes creando platos desde el corazón y los recuerdos y no a partir de una receta.

Cada capítulo está contado desde el punto de vista de un personaje diferente, alternando entre las reflexiones sobre el pasado y lo que está sucediendo en el presente. Resulta realmente llamativo, extraños que se reunen ante una clase de cocina. Invita a los lectores a conocer las breves historias de sus vidas que parecen al principio distantes pero que están conectadas entre sí, además de cómo conocen a Lillian y cómo llegan a conocer a los demás estudiantes. Lillian les guía ya que parece saber exactamente lo que sus alumnos necesitan y no sólo a la hora de cocinar sino también en sus vidas.

Descripciones detalladas de alimentos y platos: sabores, olores... parece que de verdad estuvieras antes ellos. La escritura es rica en texturas y bastante dulce, yo diría que demasiado.

Dicen que recuerda a mucho a "Como agua para chocolate", no lo puedo decir porque no lo he leído. El libro tiene un toque pequeño pero sutil de realismo mágico que ayuda a crear esa atmósfera cálida que lo envuelve.

La tienda era diminuta, puede que del tamaño del salón de un apartamento, y los anaqueles estaban atestados de conservas etiquetadas en lenguas que no supo reconocer y de largas velas cubiertas por campanas de cristal y decoradas con retratos de personas con halos y rostros entristecidos. Junto a la caja registradora había una vitrina de cristal repleta de fuentes de comida de colores intensos: amarillos y rojos y verdes, que despedían aromas intensos y ahumados, y a veces fuertes.

Me gustó bastante aunque como digo es demasiado bonito, demasiado empalagoso para mi gusto. Me recordó un poco a "El club de lectura de Jane Austen" que tampoco he leído pero sí he visto la película: gente se reune con un fin concreto y al final todos se acaban conociendo y conectando tanto que forman una especie de familia.

Este libro juega con los sabores y las emociones, y los combina creando y evocando sentimientos fuertes, avivando pasiones e incluso curando. Los personajes son variados, cada uno con su particular desafío. Aunque los personajes estuvieran bien formados las situaciones y momentos resultan ser un cliché, por lo que algunos no suponen ninguna novedad. Quizás demasiado azucarada para algunos lectores.

No es un libro de recetas, es una novela, por lo que si alguien las busca aquí, no las encontrará.

Recomendable sin embargo, si te gustan las novelas que implican todo tipo de sentimientos y la buena comida, La escuela de ingredientes esenciales es la combinación perfecta de ambos.

¿Libro para el verano?: Definitivamente sí.