Primero de todo, que conste que la sinopsis que he puesto arriba no es la misma que me aparece en el ejemplar que llegó a mis manos, en el mío no había nada sobre II Guerra Mundial, sobre lectura para hacer más llevadera los horrores de la guerra, etc, etc, etc. ¿Para qué digo todo esto? Pues para que nadie me ponga cara de horror en cuanto le diga que no me esperaba encontrar justamente eso, una historia sobre una niña que encuentra en la lectura la vía de escape a lo que ocurre a su alrededor. Y claro, al no esperarlo la lectura se me hizo un tanto pesada al principio. Incluso puede que por eso mismo le haya puesto menos nota que la mayoría de sus lectores, pero ni me arrepiento ni la voy a cambiar, recuerdo a l@s presentes que es una opinión personal.

El libro empieza con una especie de introducción de 20 páginas donde la narradora se presenta, es La Muerte, y como tuvo tantísimo trabajo durante la susodicha guerra, conoció la historia de la ladrona de libros de primera mano, por eso mismo la narra. Tal y como dice, es sorprendente cómo una misma historia puede ser horrenda y al mismo tiempo tan tierna. Seguidamente comienza con la historia de Liesel, la ladrona de libros, en el momento en el que encuentra a su hermano menor muerto, camino a la que será su nueva casa porque su padre desapareció (solo digo que era comunista en esos lares...), y su madre no puede ni mantenerlos ni darles seguridad alguna.

Liesel es una joven de apariencia débil, como la mayoría ahí por la mala alimentación, pero fuerte de espíritu, espabilada, y de gran corazón e inteligencia. Su nueva madre parece un armario por lo grande que es, pero además siempre está gritando, diciéndole palabras no muy bonitas y tratándola duramente (aunque a su marido también). Da la impresión de que esta mujer no se ganará el corazón de nadie, pero vemos que dentro de ese armario hay ropa muy cálida y suave, simplemente hay que saber cómo abrir las puertas.

Por otro lado tendríamos al padre, Hans, un alemán que no comparte la ideología Nazi pero que debe guardar las apariencias junto con su familia para que nos lleven a algún campo de concentración o les maten. Es quien enseña en un principio a Liesel a escribir y leer, a que se interese por los libros, por su contenido, por sus historias y por su magia. Es un hombre sencillo que se hace querer nada más aparecer en escena.

Luego tendríamos al judío Max y al amigo de Liesel llamado Rudy. Max era uno de tantos judíos perseguidos por los nazis, la suerte hizo que por ciertos acontecimientos del pasado, su presente y su futuro quedasen entrelazados a Hans y a la ladrona de libros. Así es como entra en la historia, este personaje la enriquece mucho.

Y Rudy sería el "novio" de la chica. No es novio, no son pareja, en ningún momento se dan ningún beso ni de cogen de la mano, pero al final hubiesen acabado de esa manera si la historia no hubiese acabado tan abruptamente. Rudy le da cierto toque de juventud, de rebeldía y comedia a la novela. Es el típico niño, el típico joven que te puedes encontrar en tu barrio. Es un personaje muy cercano.

Muchos más personajes salen, pero destacaría los que he comentado y a la mujer del alcalde. Ya que gracias a ella y sus pertenencias, Liesel pudo ser conocida como "La ladrona de libros".

Todos ellos vivirán en la alemania nazi durante la II Guerra Mundial, así que veremos la vida, los sentimientos y sucesos desde varias perspectivas. Las de los ojos inocentes de los niños que no entienden esas diferencias establecidas por el cabrón del bigotito, la de los alemanes no afines a la ideología pero que aparentan que lo son por miedo, la de los alemanes sí afines a la ideología nazi, y gracias al personaje de Max, también sabremos cómo lo vivieron los judíos que tuvieron la mala suerte de encontrarse en Alemania en esos años.

Aquí un ejemplo:

-Pronto me llamarán a filas -anunció su amigo Walter Kugler-, ya sabes cómo funciona esto... del ejército.

-Lo siento, Walter.

Walter Kugler, amigo de la infancia de Max, posó una mano en el hombro del judío.

-Podría ser peor. -Miró a los ojos judíos de su amigo-. Podría ser tú.

La historia gira alrededor de Liesel, y con ella, el resto de personajes. Aún teniendo como transfondo la II Guerra Mundial, en ningún momento se dan detalles históricos. El autor se centra en narrarnos los acontecimientos desde el punto de vista de los propios alemanes.

En principio esto debería ser suficiente junto con una protagonista de unos 10 años, y teniendo como narradora a la mismísima muerte. Pero personalmente creo que solo se salvan las 150 últimas páginas, lo que nos deja con 400 páginas de lo mismo, de una lectura lenta y tediosa en ocasiones. ¿Simplemente porque narra la historia de una niña durante la II Guerra Mundial hay que darle un 10? Lo siento pero no. Sí, la historia es triste y dura al mismo tiempo, te ríes y lloras, tiene de todo, pero el ritmo y la repetición de las situación llega un momento que cansa, creo que se podría haber escrito con bastante menos páginas. Es lo mismo que digo cuando aquí en España se dan los premios a la mejor película y todo esto... Qué casualidad que siempre se la lleva la película que tiene como tema central la Guerra Civil Española y/o el Franquismo. ¿Simplemente por tratar un tema trágico ya hay que arrodillarse a sus pies? Me parece una gilipollez tremenda.

Lo que acabo de poner no es porque sí, he visto en muchos foros la célebre e ilógica frase: "Este libro tiene que estar muy bien, seguro que es trágico y duro, narra lo que le sucede a X personaje durante la guerra". Y entonces la menda se queda parpadeando frente a la pantalla y preguntándome si de verdad ha leído bien. Está claro que a cada un@ le llamará un tema en concreto, pero dudo que tooooodos los libros de ese tema sean inmensamente buenos y dejen sin palabras. Por ejemplo uno de los géneros que me gusta es el romántico adulto y reconozco que hay algunos infumables porque solo te cuentan el folleteo de la pareja, oiga, para eso me compro un libro erótico y terminamos antes. O el fantástico juvenil donde muchos deberían ser prohibidos por los médicos por su alto contenido de azúcar, pero también hay otros con unos personajes con un mínimo de neuronas que te atrapan más que los simios de otros libros.

Acabando que me enrollo. Sí, es un tema interesante donde se cuenta la dura vida de una joven durante la II Guerra Mundial, pero sin ser ella la narradora, ya que ésta será la Muerte, y eso sí que es algo un tanto nuevo, las cosas como son. Pero, y aquí llega el gran pero, al libro se sobran páginas. Las primeras 200 páginas serían la historia de la joven con su nueva familia, las 200 siguientes la vida de esta familia con el judío en el sótano (aquí la lectura es algo más amena), y las últimas 150 páginas son las realmente interesantes, las dolorosas, las bonitas, las lacrimógenas... Son muy buenas esas páginas, tanto que te las lees de tirón.

Que nadie me malinterprete, en las primeras 400 páginas también hay risas, tristeza, dolor, felicidad, etc, pero el autor repite tantísimo las situaciones (hambre, desamparo, la diferencia entre ricos y pobres), los robos, etc, que terminan aburriendo. Si me narras algo así una vez, me gusta, me llama la atención; si me lo narras dos veces, bueno, refrescas la sensación de la primera vez que lo leiste; si lo narras tres veces, empiezo a mosquearme; y si lo narras cuatro veces ya me aburres. Contra más se utiliza el mismo método, técnica, situación o lo que sea, menos impacto tendrá según vayan pasando las páginas. Y para mí es el mal que aqueja este libro en sus primeras 400 páginas, lo que le hace ser una lectura lenta, y en ocasiones, incluso aburrida.

En fin, solo se lo recomiendo a gente que le guste mucho muchísimo este tema, o a quienes quieran leer este libro por sus diferencias con otros, pero leyendo la novela despacio, poco a poco, a sorbitos, sin prisas.