La Nochevieja tiene dos variantes: alegría dionisíaca ante un nuevo comienzo o caída en picado por el inventario de los proyectos abandonados. ¿Que la Nochevieja y la vida merecen ser pensadas con mayor sutileza? Cierto, pero eso es algo que las cuatro personas que coinciden en la terraza del edificio conocido como «la torre de los suicidas», deberán aprender por sí mismos, en tanto resistan el impulso de lanzarse al vacío. Martin era un famoso presentador de televisión hasta que lo descubrieron liado con una chica de quince años. Maureen, católica devotísima, ya no soporta su vida de madre soltera con un hijo incapacitado. A Jess, en plena angustia adolescente, la ha dejado su novio. Y JJ es un joven americano con pinta de estrella del rock, e iba camino de serlo hasta que su grupo estalló. Pero como suicidarse es un acto íntimo, y cuatro son multitud, postergan matarse hasta el día de San Valentín. Y para matar el tiempo crean un imprevisible grupo de ayuda mutua.

Opinión:

No sé de que manera llegué a conocer este libro. Quizás yendo de una lado para otro por internet hasta que leí el argumento. No me digáis que no os llama un poco la atención. Además vi lo popular que era el libro en el Reino Unido y me dije, vamos a probar con el humor inglés. Sí, ya se que es atrevido pero no pude evitarlo.

La trama tal cual es la de la contraportada. Cuatro personas se quieren suicidar sin saberlo al mismo tiempo y en el mismo lugar. Por cosas del destino acaban desistiendo todos de suicidarse ese día. Tenemos a un famoso presentador de televisión envuelto en un escandalo sexual con una menor, a la hija rebelde y malhablada de un ministro, a un joven estadounidense que fracasó siendo estrella del rock, y a una ama de casa que cuida de su hijo casi vegetal. No pueden ser personajes más dispares y disparatados. Los cuatro acaban haciendo reuniones con el paso del tiempo para ver si han aguantado a no suicidarse, hasta se van de vacaciones juntos a las Canarias. Todo un poco subrealista.

La cosa promete y el libro es entretenido, no lo voy a negar. No sigue un hilo, no sabes lo que puedes encontrar si sigues leyendo, creo que esa fue la principal razón por la que lo terminé, aunque ya me veía un poco el final pues apuntaba a algo así.

Es divertido a ratos, tiene algún punto fuerte, sobre todo el personaje de la chica joven que es de lo más estrafalaria y espontánea. Lo demás es mayormente humor negro, lógico viendo que el tema es el suicidio. Juega con los sarcasmos y la ironía pero de una manera un tanto extraña, al estilo inglés vamos.

La historia no deja de ser interesante en ningún punto, quizás cuando lo cuenta la ama de casa, que es el personaje más triste y más aburrido. Los capítulos van por los personajes, cada uno va contando la historia y en el punto en que termina otro empieza el siguiente. Es llamativa esta manera de narrar, al igual que los diálogos, que me mantuvieron enganchada a la lectura. Además creo que se lee bastante rápido. Podría contar algunas anécdotas divertidas pero entonces le quito la propia gracia que tiene :)

Le doy poca puntuación porque se supone que es de humor y no me hizo reír demasiado.

La portada inglesa como veis es más llamativa que la de Anagrama (qué no es más llamativo que una portada de Anagrama), creo que por eso me fijé en el libro ahora que recuerdo.