Normalmente pongo opiniones más o menos extensas, pero cuando me encuentro ante una novela tan mala, las palabras me faltan, solo me sale una: "Aburridísimo", "Malísimo".

El primer libro que me leí de Paulo Coelho, "El demonio y la señorita Prym", me encantó. Tanto que me lo quiero comprar, pero este libro no sirve ni para hacer una hoguera. Es la típica novela de superación en la que te presentan a una protagonista a la que se le irán poniendo diferentes problemas a resolver a lo largo de la obra, y ésta, tras pensar muchas veces que no lo conseguirá, llega hasta el final y consigue lo que quiere.

El libro es siempre lo mismo: "Sigue, lo conseguirás", "sigue, tú puedes", "sigue, sabes lo que tienes que hacer"... Soporífero. Es la misma idea repetida hasta la saciedad, simplemente que con palabras diferentes. Exasperante.

Al haber leído dos libros de este autor y terminar puntuándolos tan de forma diferente, he llegado a una conclusión, y es que SOLO me gustarán los libros de este autor si hay alguna trama interesante de por medio. En el libro de el demonio y la señorita Prym había una trama de suspense muy buena, pero aquí simplemente es contar las vivencias de una chica que quiere llegar a ser bruja.

Los ritos, las vivencias y las enseñanzas no están mal, son las que salen en todos los libros y películas de este tipo. Bruja en armonía con la naturaleza, y por lo tanto, sabía. No hay más. Esto hace que sea aburrido, tedioso, pero lo peor viene con dos detalles que me han matado. El primero sería el relacionado con la religión, y el segundo, el del sexo.

Coelho no para de nombrar a "Dios", esto, sin más, no tiene que traer problema, ya que podría estar refiriéndose al dios de cualquier religión. El problema viene cuando comienza ha hacer distinciones (la vida anterior de la chica), y a partir de ahí, dice abiertamente que toda la sabiduría está en la Biblia... Como historiadora que soy, que me digan que toda la sabiduría está en la biblia, como que no; y personalmente, si yo perteneciese a otra confesión, me sentiría muy ofendida. O sea, los cristianos son los sabios, ellos son los poseedores de la verdad, ¿y nosotros qué? ¿los tontos de turno? Eso no me ha gustado nada.

Y sobre el sexo... Esto ya es desternillante. La protagonista está durante un tiempo estudiando, haciendo rituales y múltiples cosas más, y cuando parece que lo ha conseguido, va su "guía" y le dice que no, que para ser una bruja hecha y derecha, o al menos para empezar a serlo, debe conocer (palabras textuales), "la fuerza del sexo".... O sea, o echas un buen polvo o no entras en el grupo... Sin palabras.

Al final el comentario no me ha salido tan corto como pensaba. ¿Recomiendo este libro? No, rotundamente, como mucho, muchísimo, a los lectores que sepan que esta clase de libros (de superación), se ajustan a sus exigencias.