La dependienta de Sayaka Murata
11:00 a. m.
La dependienta
Sayaka Murata
Duomo Nefelibata
162 páginas
15.96€
Sinopsis:
Opinión:
Sayaka Murata
Duomo Nefelibata
162 páginas
15.96€
Sinopsis:
Keiko Furukura tiene 36 años y está soltera. De hecho, nunca ha tenido pareja. Desde que abandonó a su tradicional familia para mudarse a Tokio, trabaja a tiempo parcial como dependienta de una konbini, un supermercado japonés abierto las 24 horas del día. Siempre ha sentido que no encajaba en la sociedad, pero en la tienda ha encontrado un mundo predecible, gobernado por un manual que dicta a los trabajadores cómo actuar y qué decir. Ha conseguido lograr esa normalidad que la sociedad le reclama: todos quieren ver a Keiko formar un hogar, seguir un camino convencional que la convierta, a sus ojos, en una adulta.
Opinión:
Este libro no lo conocía pero en uno de mis viajes a la biblioteca lo vi y decidí traerlo a casa, no pintaba mal y encima era corto.
A mí me ha dejado con una sensación que ni frío ni calor, le daría un aprobado raspadito y nada más.
La protagonista es una chica de 38 años llamada Keiko que siempre ha tenido una forma de ser que no encaja con lo que la sociedad japonesa espera de las personas, en este caso de las mujeres, pero la verdad es que es extensible a la mayoría de las sociedades. Estás con estudios superiores, con un buen trabajo, casa, casada y con hijos a cierta edad o se preguntan qué cojones estás haciendo con tu vida... ¡como si no hubiese más caminos que seguir!
El problema de esta chica, o más bien por lo que no me ha terminado de cuadrar toda la historia, es que en un par de pasajes se ve cómo reacciona a ciertas cosas, no es que se vea que ella no encaja en la sociedad porque la aparten por trabajar en un sitio u otro, es que se aparta ella y los de alrededor porque su forma de comportarse no es normal.
Me explico. Hay un momento en el que su hermana va a verla a su casa, por cosas que pasan la hermana se pone a llorar y ella lo único que hace es coger y seguir comiéndose el flan que tenía en la mano como si ahí no pasase nada, y no, eso no es así. Una puede ser más o menos abierta, más o menos simpática, diferir más o menos en la forma de ver la vida, de querer vivirla y de lo que vosotr@s queráis, pero eso no está reñido con tener un mínimo de empatía o cariño con los de tu alrededor o al menos con tu familia más cercana.
Ver que alguien está llorando y simplemente seguir comiendo "porque no entiendo por qué se pone así", no. ¿Cuánt@s de aquí hemos discutido alguna vez, a la otra persona se le ha caído la lagrimita y aunque no estemos de acuerdo hemos intentado calmarnos, calmarla o lo que sea? Da igual que se sea de una manera u otra, para mí eso es de ser mala persona, no lo voy a negar.
La autora lo pone como otro ejemplo de cómo es una incomprendida y para mí no lo ha logrado, con ese caso en concreto no. Para mí el pensar de forma diferente no se riñe con la empatía o el cariño.
Pero bueno, saltando ese escollo, la novela se lee de un tirón. Yo me la he leído en una tarde. Al principio es muy divertido leer sobre las ocurrencias de Keiko y cómo flipaban a su alrededor, luego es muy interesante leer cómo intenta maquillar realmente cómo es para no desentonar tanto, cómo trabaja en esa tienda, cómo ese trabajo le da esa tranquilidad que ella tanto necesita y cómo se va al traste por cierto personaje masculino que supongo que encarnará todo lo que la sociedad japonesa (y no japonesa) espera de todos y cada uno de nosotros.
Ese personaje masculino es Shihara y si no es el personaje más odioso con el que me he topado, poco queda, eso sí que se lo reconozco a la autora y a quien se me ponga por delante. Es rastrero, es manipulador, es mentiroso, es vago y encima un jeta de tres pares de narices. Le suelta cada una a Keiko que de verdad que te arde la sangre, te dan ganas de pegarle una paliza. Sí, paliza, no guantazo, una paliza en toda regla. Menudo bicho el niño...
Supongo que la autora lo puso ahí para que el enfrentamiento Keiko - Sociedad fuera más evidente, pero es que es brutal.
Además he leído por ahí que la ponen como novela feminista y no entiendo por qué, supongo que será que es porque habla de una mujer soltera que lleva su vida como puede y quiere, obviamente contra lo que la sociedad dicta, y que por esas últimas líneas de la novela pues han dicho que es novela feminista, pero no, ¿eh? Para nada lo veo así. Quien haya leído la novela habrá visto que ella tapa, maquilla, hace ver que en realidad es normal, no lucha ni simplemente vive su vida con la cabeza alta por lo que hace, así que decir rasgándose las vestiduras que es feminista... pues vale.
En fin, es una novela muy corta que se lee muy rápido pero no me ha terminado de convencer. Me ha dado la sensación de que la autora no ha elegido bien las escenas y que en ocasiones ha confundido el tocino con la velocidad, pero con todo no está del todo mal.
0 duermevelas
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