He aquí un libro de zombies que nos sitúa, cómo no, en Estados Unidos, más concretamente en la ciudad de Nueva York, lo cual se puede observar perfectamente en esa portada tan atrayente con solo tres colores. Negro, rojo sangre y blanco de fondo para que la sangre impacte más todavía. En primer plano tenemos a un soldado norteamericano convertido en un zombie, porque sí, señoras y señores, este libro no va sobre un grupo altamente preparado para ello o civiles (tipo 'Resident Evil'), sino que los personajes son aquellos soldados que tan orgullosamente llevan la bandera de Estados Unidos a cualquier rincón del mundo... Ese ejército al que muchos tilda (también ellos mismos) como el mejor del mundo, el más cualificado para cualquier acción o eventualidad.

La portada nos dice mucho con ese soldado zombie y la frase:

Así es como termina el mundo.
Esta es la historia de los soldados 
que lucharon para salvarlo.

Poco esperanzador, ¿verdad?

La novela empieza ya con el virus habiendo infectado a una parte importante de los civiles neoyorkinos y los soldados americanos repartidos por el territorio defendiendo lugares de importancia, pero el autor maneja tan bien la historia que aún teniendo acción desde el segundo capítulo, nos sitúa perfectamente. Entre incursión e incursión nos habla de dónde estaban ellos (destinados en el extranjero), cómo fueron llamados para volver a Estados Unidos y así defenderse de los propios estadounidenses, cómo la plaga se extendió sin que el gobierno pudiese hacer nada para deternerla, etc. Así desde el principio, explicación, situación y acción van cogidas de la mano desde el principio.

El problema que le veo a este libro es ese primer capítulo, largo y difícil (en parte) de leer porque los protagonistas son militares, y como tales, están formados por escuadras, batallones, regimientos y demás. ¿Qué quiero decir con esto? Pues que a lo largo de ese capítulo inicial el autor nos va presentando a los diferentes batallones y sus integrantes con sus correspondiente forma de ser, su rango, deseos, anhelos, etc. Tened en cuenta que son unos cinco batallones, más el equipo médico y el equipo de científicos, la cantidad de información que nos mete es importante.

Quitando eso y que justo antes de la maravillosa recta final hay un pequeño bajón, el resto del libro es muy bueno.

Aquell@s que se pasen más o menos por este blog sabrán que los libros con capítulos largos no me hacen mucha gracia, pero este libro muestra que bien puede haber novelas con capítulos más que largos, unas sesenta o setenta páginas, y no aburrir o desesperar. No lo digo solo por la acción y la lectura amena que nos brinda Craig DiLouie, sino porque subdivide los capítulos en partes más pequeñas diferenciadas entre sí por poner una frase corta en negrita tras 'escenas' diferentes. Bien nos sirven esas subdivisiones para hacernos la lectura más ligera, dejar el libro si no tenemos mucho tiempo para leer a diario (lo cual con los capítulos largos es más difícil), y no sentir esa desgana a la hora de coger el libro.

'Nueva York: Hora Z' es una historia entretenida porque aún con tantísimo personaje el autor no descuida a ninguno de ellos, consigue dar voz a cada uno de ellos, consigue que se diferencien sin problema, y así es más que sencillo coger cariño por ellos y sufrir lo indecible cada vez que tienen que hacer una escaramuza y avanzar hacia algún puesto avanzado.


Aunque el libro trate de un mundo apocalíptico por culpa de los zombies que nadie se crea que va sobre ellos, no, ni por asomo. Esta historia, tal y como he puesto más arriba, trata de los soldados, de cómo viven esa situación, de sus altibajos, de aquellos que logran sobreponerse y aquellos a los que les es imposible aceptar la realidad, de las diferentes maneras de sobrevivir, de aceptar las cosas... No es un libro de zombies, es un libro de supervivencia donde los pocos supervivientes no se centrarán en eso, en sobrevivir, sino que intentarán, aún imaginándose que gran parte del mundo y del gobierno ya no existe, salvar a los pocos que puedan, no perderse a ellos mismos en el camino e intentar que no todo el país caiga en  manos de los zombies.

No todo es 'muerte y destrucción' como dirían muchos. Hay muchas partes muy divertidas por las tonterías que se dicen entre los soldados y  las burradas que les sueltan los oficiales a los de menor rango, algo así como:

La novela de Craig DiLouie es más que un simple entretenimiento. El lector se ríe con las bromas de los soldados, entra en tensión durante sus escaramuzas, teme por el futuro de los chicos, sufre con cada muerte y espera con todas sus ansias que sobrevivan porque realmente se lo merecen. Quien no tenga el libro ya puede ir a la librería a por él.