Dollhouse (creada por Joss Whedon) cuenta la historia de una mujer conocida como Echo (Eliza Dushku), una de las muchas "muñecas" o "activos" que mantienen en secreto en un lugar llamado "Dollhouse" (casa de muñecas). Todos los activos están bajo control mediante un método de archivado de memoria lo que los convierte en personas sin personalidad. Estos son contratados por que gente rica para satisfacer sus necesidades, ¿que necesitan una niñera con conocimientos de artes marciales y defensa? pues le meten a un activo una serie de habilidades en la mente con un ordenador y ya está el producto listo para usar.

Pero, ¿quién es realmente Eco? ¿Cómo ha llegado a la casa de muñecas y por qué? Son algunas de las cuestiones planteadas al inicio de la serie. A medida que avanzan los capítulos pierde algo de fuelle, y solo se trata de persecuciones, secuestros, acción, pasiones...

Para la actriz protagonista, Eliza Dushku, supuso un desafío interpretar diferentes personajes cada vez en una serie de calidad creativa como ésta. Sin embargo no parece conseguirlo y muchas veces los personajes resultan poco creíbles (algo que no sucede en "United States of Tara" donde se da esa situación, con Toni Collette, una GRAN actriz).

La historia de Echo deja de ser en muchos momentos interesante y pasa a un segundo plano para dar paso a la historia paralela que se forma donde un ex policía que investigaba el caso empieza a seguir pistas que le llevarán a una persona de Dollhouse, un activo del que nadie sospechaba.

El argumento es realmente original, pero pierde mucho con las malas actuaciones, algunas situaciones inverosímiles y sobre todo dejando de lado la idea original para dar paso a otras. No me sorprende que después de la segunda temporada fuera cancelada. Sin embargo en los capítulos finales parece retomar de repente y de forma abrupta el hilo original de la historia y estos capítulos dejan impactados al espectador para seguir viéndola y ver que sucede.