Autor: Jandy Nelson
Editorial: Everest

Sinopsis:

Lennie Walker, de diecisiete años, lectora empedernida y fanática de la música, es segundo clarinete de la banda de su instituto. Vive feliz y sin contratiempos a la sombra de Bailey, su impetuosa hermana mayor. Pero cuando Bailey muere repentinamente, Lennie se convierte en protagonista de su propia vida...Y , aunque nunca había salido con ningún chico, de pronto se encuentra intentando compatibilizar a dos. Toby era el novio de Baile; Lennie se identifica con el dolor que siente, Joe es el chico nuevo del pueblo, acaba de llegar de París y su sonrisa casi mágica sólo puede compararse con su talento musical. Para Lennie son el sol y la luna: uno la saca de su pesar mientras el otro le ofrece consuelo. Aunque, al igual que los propios cuerpos celestes, si llegan a chocar estallará el mundo entero.

Opinión:

Todo comienza con la muerte de Bailey. Así, el mundo que rodea a su hermana Lennie se ve envuelto en la más triste de las desgracias, perder a su única hermana cuando es sólo una adolescente. Pero no solo eso, la madre de ambas las abandonó cuando eran apenas bebés. Sin embargo Lennie tiene a su abuela y a su tío que la cuidan.

Lennie acaba buscando consuelo en Toby, el novio de su hermana, ambos comparten el amor hacia ella y eso hace que les parezca que aún vive, sin embargo la realidad es que está muerta y nunca volverá, todo es tremendamente doloroso para Lennie. Más adelante aparece Joe, un chico de la banda donde toca Lennie, éste parece ser el otro lado de la vida, la luz que saque a Lennie de esa oscuridad en la que se ha enterrado. Lennie se verá envuelta en un lío amoroso donde una vez ya dentro no sabrá como salir.

Por extraño que pueda parecer, el dolor que siente Lennie sobre la muerte de su hermana Bailey es algo bonito, es potente, abrumador, es infinito, es el amor de una hermana. Lennie estará siempre reflexionando sobre la muerte de su hermana: donde están sus pensamientos, su olor que se evapora, sus secretos que nadie jamás sabrá, cosas pequeñas que hacen rememorar tiempos felices que nunca más volverán a suceder... La autora describe perfectamente esos sentimientos que a veces resulta tan difícil expresar.

"Esta mañana, por primera vez, Bailey no fue mi primer pensamiento al despertar y eso me hizo sentir culpable. Pero la culpabilidad no tuvo mucho que hacer cuando de pronto comprendí que me estaba enamorando. Había estado contemplando la niebla matutina por la ventana, preguntándome por un momento si no sería ella quién me lo había enviado para que supiera que, en el mismo mundo ella podía morir, también podía suceder esto."

El libro lo describiría como emotivo, hermoso, y duro a su vez. La forma en la que la autora escribe es clave, no cae en repeticiones, da a sus personajes el carácter conveniente... es perfecto. También tiene de bueno que no solo es drama en el libro, la autora sabe cómo darle el toque humorístico perfecto y de vez en cuando esbozas una sonrisa delante del libro.

Está lleno de emoción, momentos pasionales, dramáticos, es de esos libros con los que no puedes parar de leer y sigues leyendo hasta el final, porque te atrapa desde la primera página.

Muy recomendable.

Puntuación: 10/10