Cuando nació Lee Yoon Sung (nuestro protagonista), su padre y su mejor amigo fueron a una misión pero en ella su padre murió. Ese mejor amigo se llevó al bebé (protagonista) y lo crió para vengar la muerte de su difunto amigo.

Quiere vengarse de las cinco personas que se vieron involucradas en la desaparición de los miembros de las Fuerzas Especiales de Corea del Sur en Octubre de 1983, pero todo se complica cuando nuestro protagonista comienza a enamorarse, por lo que su padre adoptivo Lee Jin Pyo decide involucrarse de una manera más efectiva.

Por otro lado, está Kim Na Na, una chica que después de la pérdida de sus padres en un accidente ha tenido que sobrevivir haciendo de todo un poco hasta que, debido a su interés en las artes marciales, termina como guardaespaldas en la Casa Azul (Casa Presidencial Coreana). Allí, conoce a Lee Yoon Sung, quien forma parte del Equipo Nacional de Comunicaciones y de quien empieza enamorarse de una manera inconsciente.  

Por fin pude ponerme con el dorama que tenía en la cola de espera desde hacía tantísimo tiempo y debo decir que no me ha gustado mucho. Para mí empezó extremadamente bien (tan bien que vi siete capítulos de tirón), pero luego se fue desinflando poco a poco hasta que ya  no ofreció nada... Bueno, nada nada, no; la verdad es que nos ofrece uno de los peores finales que he visto.

La historia trata de cómo dos grandes amigos que trabajan en el ejército son enviados junto con 19 soldados más a Corea del Norte. Allí deben asesinar a varias decenas de altos cargos del ejército como represalia a un atentado ocurrido en Corea del Sur por parte del norte. Llevan a cabo su misión y por causas políticas totalmente ajenas a ellos, acaban siendo todos asesinados a excepción de uno.

Ese superviviente vuelve a Corea del Sur, secuestra al hijo de su compañero que solo tiene un mes de vida, se va a Tailandia y allí comienza su venganza hacia aquellos que mataron a esos veinte soldados. Durante 28 años se hace pasar por padre del niño, le miente sobre su madre biológica y le enseña mil y una maneras de defenderse y matar al mismo tiempo que le inculca un gran odio a los que mataron a su padre.

Sin otra cosa en mente y una vez pasados 28 años, padre adoptivo e hijo vuelven a Corea para vengarse. Ambos tienen identidades falsas, muchísimo dinero hecho por el tráfico de drogas y con un único objetivo.

No hace falta decir que entonces todo se complica por una chica. El protagonista no puede enamorarse pero lo hace de una compañera de trabajo que lleva una vida muy dura (completamente sola y con varios trabajos para pagar el hospital donde está ingresado su padre en coma), empezando así los problemas. Ya se lo dijo su padre, no puede hacer amistades o enamorarse porque lo primordial es la venganza, y si él no lo hace, el propio padre intervendrá, quitará de en medio a los que estorban y luego se vengará.

Ese padre adoptivo que no hace más que pensar en la venganza da miedo. No hay  más. El actor no es que borde el papel, es que hace suyo el personaje. Es el que tiene cogido por los huevos a nuestro protagonista por amenazar de muerte a la chica y a cualquier amistad, es el que acojona a Na Na (la chica), el retorcido que hace que la venganza no pare en ningún momento... Vamos, seamos claras, es un gran grano en el culo.

La probre chica, Na Na, tiene una vida complicada y se la complica más al enamorarse de un chico que además de ser un mujeriego termina siendo el 'City Hunter', el chico que desenmascara a políticos corruptos aportando datos a la sociedad mediante la prensa y dejándolos en la puerte de la fiscalía.

La verdad es que todos hacen muy bien su papel y eso se nota desde el primer momento, pero eso no suple la falta de ritmo que padece la historia.

Como ya he puesto al principio de la reseña, los primeros siete episodios los vi de tirón, me encantaba la historia. La mezcla de misterio, historias duras, espionaje, romance, humor... me gustó muchísimo, le daba un equilibrio muy bueno a la trama que la hacía atrayente, pero todo se perdió al ir a por el cuarto implicado en el asesinato de los soldados.

Para que se me entienda diré que son cinco de los que el protagonista tiene que vengarse, se venga de los tres primeros en un lapso de unos tres capítulos para cada uno, llega al cuarto y con él se tiran hasta el capítulo 19... A un capítulo del final y todavía queda uno del que vengarse. O sea, diez capítulos dando vueltas, vueltas y más vueltas a lo mismo sin avanzar absolutamente nada. 

Hasta ese momento la historia siempre empezaba igual. Se fijaba un objetivo, se le investigaba, se conocían casos más o menos dramáticos causados por el político en cuestión, te daban pena, el protagonista sentía pena por ellos, redoblaba sus esfuerzos para coger al malo en cuestión y al final lo exponía todo al público. Tres capítulos, no más. Pues bien, con el cuarto no pasa así. Se lían lo indecible en una trama de diversas empresas conectadas unas a otras, espionaje y chantaje durante diez episodios. ¿Os parece lógico y  normal tener al espectador acostumbrado a una cosa y de repente cambiarlo todo y meterlo en una historia larguísima que no termina nunca porque no dejan de dar vueltas sobre lo mismo?

Si al menos hubiesen avanzado en la relación personal entre el protagonista y Na Na, pues bueno, una cosa palia lo otro, pero ni por esas. Creo firmemente que los guionistas se quedaron sin ideas, no supieron por dónde seguir, de ahí que ninguna trama avanzase. Lo de Na Na es para cortarse las venas. El chico hace con ella lo que le viene en gana, es decir, que no para de entrar en contradicciones una y otra vez que tienen como consecuencia que no se vaya ni hacia delante ni hacia atrás.

Le dice que debe alejarse de él porque está en peligro, vale, es lógico, pero entonces él siempre está alrededor y termina llevándosela a su propia casa a vivir juntos... Le dice que no le gusta y que se olvide de él pero en ocasiones la trata como una princesa, va corriendo por si ocurre alguna desgracia de que se rompa una uña... Llega un momento que directamente la ignora, pero corre raudo y veloz cuando le tiran un huevo o habla con un chico... Le dice que no se meta en su trabajo pero es verla y se la lleva corriendo a alguna misión... Que alguien me explique esto porque no lo entiendo.

Entiendo que ella realmente está en peligro y debe protegerla, pero que no diga una cosa y haga otra. Entiendo que la situación de él no es la idónea para tomar decisiones y que puede equivocarse, pero ser una veleta como lo es él, pues no. Entiendo mil cosas (por ahora), pero no puedo entender el por culo que da el protagonista dando dos pasos hacia delante, dos hacia atrás y así contínuamente durante esos diez episodios que tan largos se me hicieron.

Encima, a esto habría que sumar que en la recta final, a unos cuatro episodios de terminar, los guionistas casi no juntan a estos dos personajes. Entonces yo pregunto, ¿cómo me va a emocionar el final de turno con ellos si llevo unos cuatro o cinco episodios sin verlos juntos porque vuelven la cara cada vez que se cruzan? Pasan el uno del otro. Si la chica le llama, él es frío; si él muestra interés, ella es la fría y ni le mira cuando le constesta. Es penoso que la relación fuese muchísimo mejor en la primera mitad (incluso ella está en peligro varias veces) y que en el final, cuando se supone que todo va más deprisa, que todo es frenético, que cualquier cosa puede pasar, ellos simplemente estén como dos desconocidos y no sepan qué está haciendo el otro. Simplemente impresionante y no lo digo en el buen sentido. No es que me dejasen fría, es que me dejaron congelada.

¿Lo peor de todo? El final. Podría soportar esos diez capítulos lentos si al menos el final fuese decente, pero no lo es. No dejan que nos recuperemos de cierta muerte que nos atrapa desprevenidas y aún teniendo un gran climax en lo referente al último traidor, el padre adoptivo y el hijo, el minuto y medio final se carga toda la historia. Solo quiero que os imaginéis cómo debe de ser el final para que el productor se viese obligado a dar un comunicado explicando el final. Con eso lo digo todo... En ningún momento el dorama fue confuso, la trama enrevesada ni nada por el estilo, así que no entiendo muy bien cómo hicieron algo así al final; y repito, en el último minuto y medio.

En fin, que no me ha gustado. Quede atrapada por la historia hasta el capítulo ocho pero luego todo fue cuesta abajo. No termina de convencerme cómo se desarrolla la historia y no le encuentro  lógica a que al último traidor, al más importante, se lo ventilen en menos de un episodio. Creo que podría haber dado muchísimo más ese personaje, que la historia podría haberse enriquecido muchísimo más.