Actores: Kamenashi Kazuya, Kuroki Meisa, Okada Yoshinori, Yamada Ryosuke, Minamisawa Nao...

Hace unas pocas semanas tomé la decisión de volver a mis orígenes, al menos en parte, y no ver solo doramas surcoreanos, de ahí que ahora esté hablando de 'One pound no fukuin', historia de la que no esperaba casi nada pero con la que disfruté bastante y me reí lo mío.

La trama es bantante absurda, las cosas como son, trata de un joven boxeador que es un glotón de tal calibre que no para de comer, ganar peso y quedar eliminado por pasarse del peso permitido. Con todo él dice que quiere ser ganador, quiere ser el mejor boxeador de Japón. Por otra parte tendríamos a una joven monja que se cruza con él, le anima a que trabaje duro para conseguir su sueño y... El chico termina enamorado de ella, se lo dice sin ningún tipo de tapujos y ya tenemos risas aseguradas porque... ¿Un boxeador y una monja? ¿En serio?

Es un dorama con la única pretensión de que el espectador se ría por las tonterías que hace el protagonista y de vez en cuando se le ponga una sonrisita tonta por la relación entre el boxeador y la monja, ya está, no hay más. Ni drama, ni historia complicada, ni mil personajes, ni giros argumentales hasta en el último segundo... No, solo entretener y punto. ¿Y sabéis qué? Que lo consigue. 

Como ya he dicho, un dorama sin pretensiones que es más que agradable de ver para terminar riéndote.

Kamenashi hace de protagonista boxeador y es divertidísimo, no esperaba que fuese tan gracioso y adorable, de verdad que no. Es un personaje al que amas desde el primer capítulo porque hace caras extrañas, siempre está inventando algo para esconderse y comer y cuando se enamora es algo así como un boy flower tan lleno de felicidad que se tira el resto de episodios saltando como loco de principio a fin. Nunca olvidaré sus puñetazos para al segundo siguiente acordarse de su adorada monja y hacer el 'abrazo del campeón' (saltar y quedar abrazado cual mono al saco de boxeo). Y sí chicas, en casi todos los capítulos sale con unos simples boxers.

La hermana Ángela (monja) es lo contrario a nuestro boxeador. Es más sosilla, siempre va en bici, ayuda a

todo el que puede, es muy amable. Siempre vivió en el convento, solo conoce ese tipo de vida, solo se relaciona con sus hermanas y cuando ayuda a este chico (como ayudaba a otros) no sabía que su vida se vería tan vapuleada. Pensad que si ella siempre vivió en el convento... ¿Cómo pudo decidir ser monja sin saber absolutamente nada de lo que es llevar una vida normal y conocer a un chico? Por ese encuentro se replanteará muchas cosas.

No puedo decir mucho más del dorama porque es simplemente eso, nueve capítulos de dos personas más que diferentes que se sienten atraídas, pero ni drama ni nada, comedia, diversión, buen rollo. En cada capítulo ambos se encuentran, se animan, hay esperanzas, él entrena, come (o lo intenta) y combate. Ya está. Ya dicho que es una historia sin mayores pretensiones pero que cumple con lo prometido.

Obviamente hay más personajes y es cierto que partes de algunos capítulos están centrados en sus historias, algunas a priopi durillas, pero ni con esas.

Sé que he puesto tan poco que no habré convencido a casi nadie, pero poco más se puede decir. Si alguien quiere ver una historia divertida donde hasta una monja se pone los guantes de boxeo y entrena, que no tarde y se haga con este dorama. No le he puesto un notable porque en los dos últimos episodios decae un poquitín el ritmo, pero vamos, como si lo tuviese.