Este libro lo conseguí hace meses pero no me atreví con él por las malas críticas que había leído sobre la narrativa que tenía. Ciertamente la narrativa, sobre todo al principio, no ayuda nada a meterse en la historia. Justo al inicio, justo cuando es importantísimo hacerse con la atención del lector, la autora va y escribe el libro como si estuviese escribiendo un telegrama en vez de una novela.

Puede que lo hiciese porque pensaba que como en las primeras páginas nos encontramos con una protagonista con poca edad, no podía escribir de una manera elaborada, pero vamos, creo que si pensó así se equivocó del todo. No hace falta escribir como si se fuese tonta, sino que simplemente bastaba con elegir un vocabulario menos rebuscado.

Un ejemplo:

Siempre frases cortas, directas, cortadas por puntos casi sin continuación mediante comas o cualquier otro recurso. Es muy difícil seguir leyendo con casi 40-50 páginas escritas de esa manera.

Por esto mucha gente dijo que le aburrió, que le abandonó o que lo dejó después de días y cuando volvió a él no pudo hacerse con la historia. Tienen razón, el principio se hace lentísimo y muy aburrido, pero si una se obliga a seguir leyendo, al cruzar ese umbral os aseguro que luego el libro no aburre, mejora algo su narrativa y es casi imposible dejar de leer... No miento, me lo leí en una tarde.

La protagonista se llama Janie y por lo que leemos desde pequeña tiene el don o la maldición de entrar en los sueños y pesadillas de la gente que se duerme a su alrededor. Si alguien que está en la misma habitación se duerme, irremediablemente Janie también se dormirá y se verá catapultada al sueño de la otra persona, sueño malo o pesadilla que ella no puede dejar de observar y donde se ve imposibilitada de ayudar al otro aunque quiera...

Nunca le contó nada a nadie y sigue así, guardando su secreto por  miedo a que la tomen por loca y quedar encerrada en cualquier institución mental.

En el último año de instituto se hace amiga (aunque ya se conocían de vista) de un chico muy extraño, Cabel. El año anterior había sido un paria y siempre intentaba pasar desapercibido, pero ese año sacaba pecho, iba con la cabeza alta, no se ocultaba... Era como si hubiese cambiado por completo. Y como buen adolescente aburrido de las clases, también acaba durmiendo durante las explicaciones arrastrando a Janie a sus pesadillas, unas pesadillas raras y atrerradoras como ellas solas. Él también tiene secretos. Muchos.

Todo esto consigue que Janie se sienta atraída por Cabel, que le pique la curiosidad, formándose entre ellos una amistad y una relación que se irá haciendo más fuerte con el paso del tiempo.

Ellos dos, ambos con sus grandes secretos se verán atraídos y vapuleados por secretos y diferentes fuerzas.

De esto va la historia, del don/maldición de Janie, cómo se enfrenta a ello ella sola, de cómo Cabel se huele algo he intenta ayudarla sin saber bien qué ocurre, de los secretos de él, de cómo todo esto afecta a la relación entre ambos, de crecimiento personal, de confianza en uno mismo y en los otros...

En general es un libro que me ha gustado bastante, tanto por la original historia como por los personajes (lo de la madre es para darle de leches) y lo que sucede a lo largo de todo el libro. Es muy ligero de leer pudiendo acabarlo en una sola tarde, alejándote de esa manera de la idea negativa que deja al principio, ya que tras las primeras 40-50 páginas la narrativa mejora (sin llegar a ser la típica manera de narrar) y dejamos los telegramas atrás como si fuese el recuerdo de un mal sueño.