Este libro se sale de la estela a la que estamos acostumbrados a leer. Sí, tiene un principio, un nudo y un desenlace, pero la forma de narrar la historia es muy diferente a la de una novela corriente. Además de ser muy cortito (156 páginas), sus capítulos tampoco son extensos, muchos de ellos son un simple párrafo.

Esto hace que sea muy fácil y rápido de leer, tiene unos capítulos tan cortos e intensos, a veces de un solo párrafo, e incluso en ocasiones escritos como si fuesen un telegrama, que consigue que quieras seguir leyendo para saber más, qué va a ocurrir. Una cosa que me ha gustado mucho han sido esas frases cortas, directas y sin adornos, nada de ir mareando al lector con veinte mil datos que para nada nos sirven.

Esto último llama mucho la atención en un principio, gusta, pero personalmente (y por eso no le puse un "¡Me encanta"), en ciertos momentos llega a cansar y dejar cierto vacío cuando pasas el ecuador de la novela. Está bien que no se pierda en detalles, al principio gusta este recurso, es novedoso, pero luego, tanto texto tan escueto y casi del tipo telegrafiado cansa. Te quedas con la sensación de que al final de cada oración le falta poner "punto".

Un detalle que me ha parecido curiosísimo ha sido el de los paralelismos. Cuando le ocurría algo importante o trascendental a alguno de sus personajes, también indicada que ese día o ese mes X personaje histórico y mundialmente conocido hizo tal cosa importante que todos aún recordamos. Una de dos, o se ha tirado muchísimo tiempo buscando esa información o tiene una buena cabeza el escritor.

Sobre los personajes poco hay que decir. Están muy bien encuadrados en el momento histórico que tratan, sus ideologías, sus sueños, y en ningún momento se traicionan a sí mismos para hacer algo que venga mejor para la historia. La verdad es que la mayoría de los personajes han pasado (para mí) sin pena ni gloria a excepción del padre (el anciano) y la hija que aparece en la sinopsis del libro, el resto, tal vez por lo telegráfico del texto no me han llegado del todo.

Eso sí, el personaje protagonista me genera sentimientos encontrados. Al principio me gustaba mucho, luchaba para conseguir lo que quería y no cejaba en su empeño, pero eso de que pasen los años y siga enamorado de la misma y demás... No se me hizo real. En las novelas juveniles o plenamente románticas, pues sí, eso viene como anillo al dedo, pero aquí, por lo que sea no terminó de cuajarme. Ha sido de las pocas veces en las que al final el prota no me ha convencido. Es muy bueno, le toca vivir en una mala época (la época de las Guerras Mundiales), pero esa manera de calcularlo todo hasta el último milímetro no me gusta. No soy una romántica empedernida, ni de coña, pero eso le quita "algo" a la historia que intenta tener con la chica. Tal y como él mismo dice, parece más una partida de ajedrez en vivo que otra cosa.

En fin, el libro se lee en un ratito no por lo corto que es, sino porque cuenta bastante bien una historia dramática y romántica encuadrada en la II Guerra Mundial. Al no irse por los Cerros de Úbeda logra atrapar la atención del lector hasta el final para dejarle un buen sabor de boca, como el chocolate.