Marc Percolès es un policía provocador, cínico y misógino marcado por un accidente de tráfico que lo dejó en una silla de ruedas y acabó con la vida de su esposa. Barbara es una tímida esteticista recién titulada que vive con una madre ciega a la que tiene que cuidar. Un día, de regreso a casa, su mundo se hace añicos cuando un hombre la viola en un parque desierto. Los caminos de estos dos personajes se cruzarán en una historia magnética cargada de suspense y penetración psicológica, un relato que dejará al lector sin aliento hasta la última página.

Esta novela cayó por casualidad en mis manos, no tenía conocimiento alguno de ella, y como siempre, lo que ponen de la nueva reina del thriller y similares me pareció un intento vano por vender más.

Sé que mi opinión es impopular pero personalmente esta historia no me ha dicho nada, me ha parecido lenta en ocasiones, repetitiva en otras y hasta cliché y predecibles en otras muchas (demasiadas) y sobre todo al final.

Para ser esta mujer psicóloga, no entiendo cómo puede tener unos personajes tan planos y que uno de ellos sea descrito como lo es en la sinopsis para luego, de una línea a otra literalmente, caiga rendidamente enamorado del otro personaje. Mira, para qué. 

La gente dice que es un libro muy desagradable, con unos personajes deprimentes en un ambiente oscuro y... Los personajes son personas cualquiera que han pasado por ciertos traumas que obviamente dejan secuelas, no somos robots; el ambiente no es tan oscuro pero sí es cierto que no alegre, pero volvemos a esos traumas que hacen que se vea la realidad de una manera y no de otra, es algo lógico, de cajón; y sobre lo que todo el mundo habla: lo desagradable que es.

Se dice, se habla, se comenta, que este libro tiene escenas muy desagradables. Tendré que ser insensible, no tener corazón o no sé yo, pero esa violación y demás escenas no son para tanto, de hecho hay libros que narran de tal forma una violación que no hay cojones a terminar de leerla, o al menos no de tirón. Leyendo esa parte me quedé con la sensación de que la autora había cogido equis relatos de internet que explicaban cómo se sentía una mujer mientras estaba siendo violada e hizo un mejunje. Para mí es algo caótico y mal explicado/expuesto, pero tan desagradable como dicen algunos, no. A mí no me llegó nada de lo narrado de esa escena tan icónica.

Ojo, no digo que no sea fuerte lo que se lee, al fin y al cabo hablamos de una violación y de otras escenas que no mencionaré para no destripar la historia, pero desagradable, en mi humilde opinión, va a ser que no.

Personalmente no recomiendo este libro, los hay mucho mejores que tratan este tema.