Él es un escritor solitario, y lo suyo son las novelas de terror. Ella es una actriz en horas bajas, que sobrevive montando espectáculos para niños. Él conoce una docena de maneras de matar a sus personajes. Ella sabe hacer reír a su público. Pero ahora no podría estar más seria.

Annie Hewitt ha llegado a la isla de Peregrine en medio de una tormenta de nieve. Está sin un centavo y lo único que le queda son los títeres con que se gana la vida, las novelas románticas que adora y algo de coraje.

No podría estar peor preparada para reencontrarse con el hombre que vive en Harp House, la mansión que domina la aldea desde un acantilado barrido por el viento. Cuando era una adolescente, él la traicionó de un modo que ella jamás podría olvidar ni perdonar. Ahora ambos están atrapados en una isla inhóspita cuyos habitantes no dejan de meter la nariz en lo que no les importa.

Ese hombre, ¿es el villano que ella recuerda o ha cambiado? La cabeza le dice que no, el corazón, que sí.

Será un largo y duro invierno.

Por fin saco un rato para poder hablaros de un libro que aunque al principio parecía que sería un desastre y no me gustaría, acabó por engancharme de tal manera tanto a la historia como a sus personajes que lo terminé en menos de 48h, ¡y eso que tenía cosas que hacer!

La historia nos cuenta cómo una joven, después de no conocer a su padre y tener una relación un tanto tirante y depencionante con su madre, se queda sola en este mundo; pero no solo eso, sino que además está sin trabajo y con lo puesto. El único lugar al que se le ocurre ir es a una cabaña en la que debe vivir durante dos meses para que otra familia no se la quede. ¿Por qué es así? Porque hay un papelito legal de por medio donde eso está escrito.

Si eso no fuese suficiente problema, esa cabaña está en un lugar que a priori es inhóspito, es invierto (con nieve y frío para aburrir), en una isla tan pequeña donde por no haber no hay ni médico, y lo peor: A tiro de piedra vive aquel hombre que siendo adolescente hizo la vida imposible a nuestra protagonista, tanto que ésta le tiene pavor, casi la mata en una ocasión.

Sumad dos más dos y añadir la variable de que estando allí, parece que alguien intenta matarla. Ya tenemos historia para rato.

Ella es tal y como he dicho, además de ser muy risueña, intenta ver el lado positivo de las cosas, se lleva muy bien con los niños, etc.; él es todo lo contrario, frío, cortante, borde, esquivo, solitario, oscuro... No la quiere cerca por el pasado que tuvieron y por ello mismo desde el principio intentará que la inquilina de la cabaña vecina se vaya pronto. El problema viene cuando ella dice que no se va y que no se dejará amedrentar por quien sea que esté intentando asustarla.

Obviamente a lo largo de las páginas conoceremos a más habitantes del lugar que nos harán dudar cada dos por tres de quién es la persona que quiere matar a la chica.

¿Por qué me ha gustado el libro cuando huyo como la peste de los libros románticos? Porque la historia y sus personajes enamoran. No estamos ante el macho alfa dominante del tipo "yo Tarzán, tú Chita" al que solo le falta atar a la pata de la cama a su objeto de deseo, y tampoco tenemos a la damisela en apuros a la que hay que rescatar hasta de sí misma.

No. Él es un cabezota increíble, pero tiene dos dedos de frente para saber que ya son adultos y que las princesas en peligro no existen, además de ver que aunque ella parece y se cree frágil, no lo es, admirándola por ello. Y ella transgrede tantas veces lo que le dice el chico y hasta se arma de valor en ciertos situaciones que deja claro que aunque quisiese esconderse en la cueva más profunda, no lo hará, presentará batalla.

Además no hay que olvidar un dato muy importante, y es que estamos ante una novela romántica pero también con tintes góticos, de misterio. Para mi gozo, que esta vez no acabó en un pozo profundo y oscuro, la historia trata de igual manera tanto la trama romántica como las personales y la de misterio. Todas se solapan, todas van de la mano, no nos encontramos con partes del libro donde solo aparecen "tiras y aflojas" entre los protagonistas para solo en las últimas cuarenta páginas desentrañar el misterior lo más de prisa posible.  Es un gran punto a favor que ni por asomo aparece en todas las novelas de este tipo y es de agradecer.

Tiene de todo un poco, la autora termina enganchando al lector primero por la historia de sus protagonistas, luego por sus historias personales y seguidamente por los sucesos que parecen ir enfocados a matar a la chica. Al final terminas encandilada ante el libro.

Quien me suela leer sabe que no soy fan de esta clase de libros, por  lo que sea no son para mí, pero por suerte este libro acabó en mis manos y no pienso soltarlo. Os lo recomiendo, está muy muy bien.