Y tras esta pequeña explicación, os dejo la reseña de un dorama que ví la semana pasada y me causó una gran impresión.

Lo primero y lo más importante, ni caso del título y lo que pueda parecer, NO estamos ante una historia romántica, ni de lejos. Es más, yo me bajé este dorama pensando que iba a ver una historia romántica muy bonita y toda la pesca, pero me encontré con una historia de ciencia ficción, de crítica a la sociedad, y de superación, muy muy muy bonita, entretenida, y escalofriante en algunas escenas. Y ya puestos, aviso, solo se entiende el por qué del título en el último cuarto de hora del dorama.

La historia comienza como cualquiera. Nos presentan a un grupo de estudiantes que tendrán que ir a clases de apoyo mientras que el resto está de vacaciones. Quiénes son, las relaciones entre ellos, si tienen pareja, si se llevan bien con su familia… Lo de siempre, pero el final del primer capítulo es muy impactante. Se da una especie de terremoto, y cuando éste termina y miran a su alrededor, el instituto está totalmente rodeado de roca y ceniza. No hay nada a la vista, ni calles, ni casas, ni gente, ni animales, ni vegetación… Nada de nada. El instituto y todos los que en él estaban, ahora se encuentran en un lugar desconocido, inóspito y sin las condiciones necesarias para albergar vida. ¿Dónde están? ¿Qué ha ocurrido? ¿Por qué ha pasado? ¿Qué harán? Mientras tanto, en la ciudad donde estaba el instituto, la población está conmocionada. El solar donde se levantaba el instituto ha desaparecido, solo hay un enorme y gigantesco cráter. ¿Qué ha pasado? ¿Están vivos o muertos los estudiantes y profesores que estaban entre las paredes del instituto?

Así empieza la historia de este grupo de 22 alumnos y 7 profesores transportados a un lugar desconocido. Allí, sin recursos naturales de ningún tipo, deberán aprenden a convivir, a confiar los unos a los otros, a trabajar en grupo, a no ser egoístas y compartir lo poco que tienen… Pero ya se sabe que el ser humano no es tan bueno por naturaleza, y el verse solos en un lugar así, y creyendo que morirán, los problemas comenzarán.

Ésta es la manera de los japoneses de crear el género de terror (no, no os asustaréis). Nada de monstruitos que vengan a abrirnos en canal, no es necesario, esos monstruitos somos nosotros en cuanto entramos en pánico. Abandonamos a nuestros compañeros si nos estorban, somos capaces de matar, de robar aquella insignificante comida o botella de agua que es tan necesaria para otros, vivimos sin pensar en lo que tenemos o en las consecuencias que pueden acarrear en el fututo. El terror japonés se centra en qué hacen las personas en situaciones extremas.

El dorama es buenísimo, a mí me ha encantado, en cuanto quieres darte cuenta estás enganchada. El primer capítulo se lleva muchas críticas por lento, pero teniendo en cuenta que deben presentarnos a más de 33 personas… Milagros pocos.

Estamos ante una historia de ciencia ficción llena de sentimientos, de superación y con varios mensajes claros. El primero que nos dan es el de “vivir el momento”, y es lógico (aunque la mayoría de las veces no lo hacemos), ¿quién nos asegura que aquello que no le hemos dicho a X persona se lo podremos decir en otro momento? ¿Y si le ocurre algo a esa persona?… Nos arrepentiríamos durante el resto de nuestra vida. Y el segundo mensaje es ecologista, y prometo que ese mensaje llega muy profundamente. Si seguimos así (y no hace falta ver el dorama para saberlo), el futuro no será nada verde para nosotros. Sí, mucho adelanto tecnológico, muchísimas comodidades diarias, muchos lugares para pasar el rato o el fin de semana, pero no se hace nada para parar la contaminación y preservar lo natural, que al fin y al cabo es gracias a lo que seguimos con vida. Las plantas nos dan oxígeno y alimento, el agua el vital, los animales también son muy importantes para nuestra dieta, etc.

¿Quién podría sobrevivir en un futuro sin nada de esto? Pues de ello es lo que nos quieren concienciar los creadores. Está muy bien el vivir sin muchas preocupaciones, no es cuestión de volverse neuróticos, pero de vez en cuando deberíamos pensar en el futuro y ser realistas, no estamos ayudando a que el planeta pueda tener una vida larga, y que por lo tanto nosotros podamos tenerla. No hacemos más que contaminar (da igual si es individual o industrialmente), si se sigue así, morirá el planeta, y con él, toda la humanidad. Hemos olvidado que nosotros, los humanos, somos los inquilinos del planeta, y a no ser que nos concienciemos desde ya, el futuro pinta gris.

Contado así, creeréis que es un coñazo de dorama, pero de eso nada. No es lo mismo que yo me ponga en plan sermoneadora, que ver una serie que tiene acción, drama, crítica y comedia xD

Es un dorama recomendadísimo. A mí me ha encantado. Espero que muchos de vosotros os animéis a verlo. El final deja una sensación indescriptible, es como si realmente hubieses vivido todos esos amargos momentos de los protagonistas.